Todos hemos sido niñas y niños alguna vez. Y ahora somos las madres y los padres, las abuelas y los abuelos, los tíos y las tías de las niñas y los niños. Por tanto, no resulta difícil comprender las necesidades y los deseos de los niños (as). Ellos quieren y esperan el mejor comienzo en la vida, y tienen el derecho a recibirlo. Y nosotros debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que ellos, disfruten de este comienzo: un mundo más seguro, más justo y más saludable.
Lo primero es el regazo seguro de la madre y el padre, luego los primeros pasitos, y después la curiosidad por conocer todo a su alrededor. La educación es una gran tarea para los padres.
La educación de los niños (as) se ha visto complicada en los últimos años por varios factores externos que han venido a condicionar las siempre complejas relaciones entre padres e hijos.
En muy pocos años hemos pasado de un modelo de educación basado en la autoridad tanto de los padres como de los educadores, en el que al hijo solo le quedaba obedecer y callar, a uno mucho más abierto y participativo. La autoridad de los padres y de los educadores se basaba en un gran porcentaje en la amenaza y en el castigo físico. Era normal dentro del sistema educativo darle una bofetada a un chico “si no se portaba bien”. Ahora esos planteamientos son socialmente inaceptables.
Hoy en día ser docente no solo significa quedarse con los procesos y aprendizajes de aula, además significa, estar a la vanguardia con los cambios, que en el país se están generando en materia educativa. Profundizar en la labor docente significa reflexionar en torno al rol, que como educadores estamos ejerciendo en la formación académica de la generación de relevo de nuestra nación.
La escuela es obligatoria.
todos debemos ir,
es un derecho importante,
No lo dejen de exigir.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario